07 d’octubre 2013

Actividades humanas que hacen temblar la Tierra. Terremotos similares al caso Castor

El polifacético Gene Hackman protagonizó en 1978 el papel del malvado Lex Luthor en la primera entrega cinematográfica moderna del clásico Superman. En la pantalla, el superhéroe protagonizado por Christopher Reeve impide que Luthor destruya California provocando un gran terremoto a base de explosiones nucleares en la falla de San Andrés.

En la realidad, no se puede descartar que una bomba atómica pueda provoca un terremoto pero existen muchas otras actividades humanas que desde hace casi un siglo están alterando la estabilidad del subsuelo. El proyecto Castor, ante la costa del norte de Castellón y el sur de Tarragona, es el ejemplo más reciente de lo que se conoce desde hace años en el mundo científico como sismicidad inducida, es decir, los terremotos provocados o desencadenados por actividades humanas.

En la lista de posibles causas de terremotos inducidos se encuentran la construcción de grandes embalses, las explotaciones mineras, la extracción de hidrocarburos o de agua, las explotaciones geotérmicas y la inyección de fluidos en el subsuelo (incluidos los depósitos de gas del tipo Castor y la fracturación hidráulica o fracking). Uno de los episodios de sismicidad inducida más antiguos de los que se tiene constancia fue el provocado en 1932 por la construcción de la presa de Oued Fodd, en Argelia. Tres décadas más tarde, en 1964, la zona próxima al embalse de Koyna en el este de la India registró un terremoto de 6,5 grados de magnitud que provoco la muerte de 180 personas y que, según algunos estudios, podría haber sido inducido o desencadenado por la construcción de este embalse.

En España, el embalse de Itoiz (Navarra) es el ejemplo mejor estudiado de episodios de terremotos provocados por la presión que ejerce un gran volumen de agua sobre el subsuelo. En este caso, los estudios previos a la construcción indicaban claramente que existía un riesgo de movimientos sísmicos. Para minimizar este riesgo, los responsables del proyecto diseñaron un proceso de llenado del embalse muy lento y controlado, que se completó en el 2004. No obstante, los sismógrafos de la zona dejaron constancia de diversos terremotos en la zona durante el primer llenado del embalse, con un máximo
de 4,6 grados.

La excavación y extracción de materiales del subsuelo es otra de las causas que pueden alterar la estabilidad del terreno provocando fenómenos de subsidiencia (movimiento descendiente de la superficie) y terremotos de pequeña magnitud. Un proceso similar se produce en algunos pozos de extracción de gas o de petróleo. El caso más cercano de episodios importantes de sismicidad inducida por extracción de hidrocarburos se encuentra en los pozos de gas de Lacq, cerca de Pau (Francia), donde se registraron más de 2.000 terremotos en el periodo 1974-1996, con un magnitud máxima de 4,2 grados. Salvando las distancias,...


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